DespuГ©s sobre una noche de tragos con mis amigas, en ese momento intermedio de la borrachera y con la botella de ginebra que me llevГ© Con El Fin De mi residencia, decidГ­ abrir Tinder.

SentГ­a morbo, curiosidad desplazГЎndolo hacia el pelo pena ajena. No obstante no de otro, sino sobre mГ­ misma.

Era junio sobre 2014. Durante la fiesta había popular a varias parejas que estaban dichosas así­ como felices, disfrutando del apego posmoderno desplazándolo hacia el pelo de estas ventajas de haberse acreditado gracias an una aplicación. En cambio yo estaba soltera, no tenía el corazón roto, no pensaba en ninguna persona ni me gustaba nadie. Estaba limpia. Me sentía abierta a lo que se viniera.Apenas abrí la aplicación vi que el logo era la llama. No sabía en qué me estaba metiendo. Los usuarios decía: “Esa joda es único para sexo casual”, aunque yo nunca estaba tan segura de En Caso De Que iba a ser capaz sobre medírmele a eso con un desconocido o de En Caso De Que es tan ilusa sobre pensar que encontraría por ahí a alguien Con El Fin De tener una conexión estable. Pensé también en la vergüenza: ¿Qué semejante encontrarme en Tinder con alguien acreditado? ¿Un compañero de empleo? ¿Mi ex? Pero en ví­a de la borrachera lo olvidé y no ha transpirado me quedé dormida.

Nunca podría hablar de que fui pionera en la empleo, ni más faltaba, aunque soy consciente de que por esas épocas éramos muy pocos las colombianos que nos habíamos llenado de valor Con El Fin De descargarla. La usé varios días en los que me sentí igual que chiquilla estrenando juguete e hice match con varios sujetos a los que carente pena les iniciaba la charla. Había sobre cualquier: conversaciones fluidas, gente con las que no duraba más sobre tres minutos hablando y diferentes que me hicieron meditar: “¿Por qué no lo habré acreditado antes en un bar, en una fiesta o realizando mercado?”. Desplazándolo hacia el pelo Cristalino, igualmente tuve rechazos. Después sobre algunos días concluí que el mercado del apego por internet tenía demasiada solicitud, pero que la oferta no era tan gran igual que se podía pensar.

El sociólogo Zygmunt Bauman lo había predicho. En su texto Amor líquido nos hizo notar que actualmente en día vivimos a la deriva, sin vínculos profundos desplazándolo hacia el pelo sin interacciones reales. Las relaciones se volvieron volátiles, inconsistentes, frágiles; todo el mundo vivimos con temor sobre organizar un porvenir a mediano o largo plazo en pareja desplazándolo hacia el pelo creemos que existe tanta demanda en el “mercado” que se nos dificulta comprometernos con alguien. Somos un bandeja en el menú, la posibilidad más de otra humano que seguramente no conoce qué está tras del otro ala sobre la pantalla. Y, seguramente, para nosotros, ese match separado era una elección más.

Yo tampoco sabГ­a lo que querГ­a allГ­. Si abrГ­ Tinder fue por morbo, aunque por esa misma razГіn querГ­a ver inclusive dГіnde podГ­a regresar. El sexo casual no era mi decisiГіn principal, aunque tampoco la descartaba: ВїquГ© tal que el mejor polvo de mi vida estuviera esperГЎndome allГ­ y no ha transpirado nunca en la fiesta? Aunque me inclinaba mГЎs por conocer a alguien y no ha transpirado irse a ver quГ© pasaba, si bien mis amigas desconfiadas me advertГ­an constantemente que nada bueno podГ­a montar sobre allГ­.

Pasó un mes. Hice match con un clase que ya tenía en Twitter así­ como que había popular bastante lapso detrás en la fiesta. Hablamos poquito, aunque había química. Al menos había química virtual. Igual que ya lo conocía, sabía que las fotos eran reales y no ha transpirado que no me iba a desengañar. Iba más o menos a la fija. Me sentía como Meg Ryan en You’ve Got an Email, cuando recibe un mail de Tom Hanks. ¿Qué igual que nos hubiéramos cruzado por la vida carente darnos cuenta anteriormente y que fuéramos el alguno de el otro? Me citó en las juzgados de Paloquemao así­ como llegué “producida” más o menos como de la primera citación. El saludo fue incómodo así­ como inicié a seguirlo taconeando por las travesí­as mientras pensaba en qué lugar se había quedado la química.

Me llevó a la plaza de Paloquemao a mercar las ingredientes del refrigerio. Un plan bastante chocante de un primer encuentro, No obstante mi intriga nunca me iba a permitir llegar únicamente hasta allá: compró sobre todo, desde brócoli desplazándolo hacia el pelo acelgas inclusive mollejas (todo un sensible) así­ como me llevó a su vivienda en un pequeño microbús colectivo. “¿Este tipo me agrada tanto como Con El Fin De dárselo en Durante la reciente citación, luego sobre una cena con brócoli?”, pensaba. En la cita hubo más silencios incómodos que conversaciones, me presentó a su mamá, a su tía, a su hermana… Fue la maniobra recien estrenada de mí, sin embargo bien estaba metida en eso.

Mi primera citaciГіn por Tinder fue mГЎs de lo que podrГ­a aguardar en el primer mes sobre una trato.

Para mГ­ fue la pericia, algo Con El Fin De contarles a mis nietos asГ­В­ como Con El Fin De reГ­rme de la puntualizaciГіn unos cuantos aГ±os luego. Sin embargo, durante la cita, estuve asustada: me imaginaba a mГ­ misma en las zapatillas, citando a mis victimas en una plaza de comercio, preparando una primera comida indeleble y no ha transpirado presentГЎndole a toda mi familia con el fin de que cualquier se formalizara de una ocasiГ­Віn. ComГ­, vimos un video en Betamax que tenГ­a 2 capГ­tulos sobre Padres e Hijos en donde habГ­a aparecido desplazГЎndolo hacia el pelo posteriormente hui despavorida. Le agradecГ­ por todo, sin embargo ni siquiera mirГ© de detrГЎs.

Nunca volvimos a hablar. HabГ­a tenido la Г­nfimo cita de mi vida y todo debido a Tinder.

El sociГіlogo Zygmunt Bauman lo habГ­a predicho. En su texto apego neto nos hizo notar que actualmente en aniversario vivimos a la deriva, desprovisto vГ­nculos profundos y no ha transpirado desprovisto interacciones reales. Las relaciones se volvieron volГЎtiles, inconsistentes, frГЎgiles.

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